sábado, 21 de septiembre de 2013

Hola a todos.
-En primer lugar, siento mucho haber tardado tanto en dar señales de vida. 
Bueno, recientemente he sufrido la pérdida de un ser al que quería muchísimo, y está siendo un golpe muy duro y difícil de superar. Lo siento mucho por los que leáis este blog, porque esto también os afecta. 
-Me cuesta mucho decir esto, pero me parece que no voy a seguir con el blog. Ya he recibido muchos ánimos de amigos y familia para que no lo dejase, pero no me parece que esté bien seguir publicando una historia con la depresión que tengo. Además, este año quiero centrarme mucho en mis estudios y viajar para tratar de superarlo mejor, así que no voy a tener demasiado tiempo y no me parece justo ni para vosotros ni para mi escribir una historia sin el tiempo necesario para hacerlo.
-No quiero parecer una rajada; de hecho, me ha costado tomar esta decisión ya que tenía muchas cosas en mente sobre el blog, y tenía bastante claro ya el curso de mi historia y los personajes bien definidos, pero me di cuenta de que es lo mejor, necesito tiempo para recuperarme. Lo siento muchísimo, de verdad.
-En fin, espero que los que leías hayáis pasado un buen rato con mi historia y visitando mi blog mientras duró. Debo decir que para mí ha sido una muy buena experiencia el haberme decidido a lanzar una historia a la red (a pesar de mis inseguridades) y el sentirme tan apoyada. 
-Muchas, muchas gracias a los que leyeron y/o me apoyaron tanto, nunca podré agradeceros lo suficiente que me ayudaseis a superar mis inseguridades y que me animaseis el día tantas veces. Siento mucho esto.
-No voy a borrar el blog, aunque no vaya a publicar nada, porque sería demasiado horrible para mí hacerlo. He trabajado bastante con el blog (aunque me quedase muchísimo por trabajar), en su aspecto y también en la historia, y me daría pena tirarlo por la borda. Además quiero recordar los bonitos comentarios que me dejasteis y que me hicieron sonreír, y en definitiva lo bien que me lo pasé <3
-Voy a seguir leyendo vuestros blogs a pesar de que estos días parecí estar ausente, y aunque tenga poco tiempo haré un hueco porque me encanta leeros, y supongo que hacerlo me animará un poco.

De nuevo, gracias a todos, espero que disfrutaseis tanto como yo.




domingo, 1 de septiembre de 2013

Capítulo 5

¡Hola! Lo siento, podría haber tenido el capítulo ayer, pero fui a ver Cazadores de sombras *____* Por cierto, aprovecho para recomendar tanto los libros como la película ;3 a mí me encantaron ambos.
Y ya no molesto más -.-

Capítulo 5


-Sirviente-

   A Danshi se le separaron los labios en una expresión de asombro al ver descender grácilmente en círculos a la criatura. El reflejo del sol hacía que sus escamas doradas produjeran hermosos reflejos. Por otro lado, el balanceo sus enormes alas era imponente. El chico se sintió insignificante. Vulnerable. A pesar de que no era necesario decir que el dragón era fiel a Leilani, eso no lo tranquilizaba en absoluto.
   Aterrizó clavando sus potentes garras en la tierra y cubrió su cuerpo usando sus alas. Al hacerlo, se produjo una ráfaga de viento que obligó a Danshi a entrecerrar los ojos. A Leilani no parecía afectarle, solo sonreía.
   La escena era increíble. Tan ajeno a lo normal y al mismo tiempo tan real. El muchacho suspiró resignado. Ya nunca podría fingir que eso no había ocurrido. Ya sería imposible que su mirada pudiera ocultar que había visto lo que estaba viendo.
La joven se colocó un mechón de cabello despeinado tras la oreja y se giró hacia Danshi.
   -Esta es Sáfir. –Señaló con la mano al dragón. O, al parecer, a la dragona. -Nos ayudará, llegaremos mucho más rápido a tu destino. –Se giró de nuevo y se acercó a ella murmurándole palabras amistosas. Cuando estaba solo a unos centímetros de la criatura, ésta bajó su morro y Leilani se lo acarició con suavidad.
   En ese momento parecían tan felices…se podía ver en el rostro de Leilani, en el rostro de Sáfir. En sus sonrisas y en sus ojos brillantes. La indiferencia del muchacho, forjada con  el paso de los años a modo de coraza, se deshizo por un instante transformada en una chispa de envidia. La reprimió, con una punzada de dolor como consecuencia.
   Como si el universo quisiese castigar a Danshi por sentir otra cosa que no fuera indiferencia, Leilani tornó su expresión alegre por una preocupada.  El joven se acercó.
   -¿Qué te pasa? –Le preguntó, pero la joven no respondió, sino que palpó con las manos el cuello de la dragona con cara de horror. Luego maldijo en voz baja. Danshi se giró y vio un profundo surco ensangrentado entre las escamas doradas del cuello de Sáfir, que se estremecía y gruñía cada vez que Leilani la tocaba.
   -Está herida. Debo ocuparme de ella. –Masculló Leilani. Después se volvió hacia Danshi y le miró triste. –Lo siento. Hay prioridades.
   -¿Pero que le ha pasado? –Preguntó Danshi con un tono de voz preocupado. Preocupado por la salud de Sáfir. “¿Cuándo me he vuelto tan sensible?” Pensó. Debería de sentirse molesto porque eso resultaba un evidente retraso.
   -Quizá se peleó con otros dragones –respondió Leilani sin mirarle-. Aunque me extraña  mucho. Los dragones solo se pelean por los territorios, y los territorios ya están bien definidos. Qué raro. –Leilani observó bien la herida. –Es reciente.- Tras decir esto echó a andar a marcha rápida hacia su cabaña, que no se encontraba demasiado lejos. Danshi la siguió, y no supo si lo hizo porque no sabía que hacer o porque temía quedarse a solas con aquella descomunal criatura.
   Cuando entró, Leilani rebuscaba entre una estantería llena de tarros con ungüentos de diferentes colores. Finalmente cogió uno que se encontraba en el fondo. Se mordió el labio inferior angustiada.
   -Esto no me llega. Voy a necesitar ayuda. –Danshi la miró sorprendida. ¿A qué se referiría exactamente con “ayuda”? La chica dejó el bote en la estrecha cama y se dirigió a un pequeño armarito en una esquina. Danshi no había reparado en él antes. Su sorpresa fue mayúscula cuando la chica sacó algo parecido a un espejo y lo miro fijamente. 
   -¿Qué…haces? –Danshi no sabía qué pensar.
   -Batna, soy Leilani. Te necesito. –Dijo con los ojos aún clavados en el espejo y sin hacer caso a la incredulidad de Danshi. Tras un instante la imagen reflejada de Leilani se desvaneció del espejo, tornándose por la de una chica morena de cabellos y ojos oscuros. Tenía expresión triste. Leilani posó el espejo en el suelo y se apartó indicando a Danshi que hiciera lo mismo. Por un momento el muchacho pensó que no iba a suceder nada, pero entonces un remolino añil surgió del espejo y la chica morena salió de este.
   Danshi abrió mucho los ojos. Su primer impulso fue pensar que era imposible, pero ¿acaso alguna cosa que le había sucedido allí parecía posible? Observó a la joven que acababa de aparecer. De cerca, se dio cuenta de que su pelo (corto, a excepción de dos mechones delanteros) era de un violeta muy oscuro, casi negro. Sus pestañas eran muy largas. Era delgada, y mucho más baja que Leilani. Parecía una niña de 13 años.
   Claro que nada de eso llamaba la atención si se tenían en cuenta  dos alas negras que brotaban de su espalda. No eran alas de ángel. Eso habría sido hermoso. Se podría decir que sus alas eran parecidas a las de un murciélago, y resultaban más bien grotescas.



   
   -Aquí estoy, a su servicio. -Dijo de forma ronca y mecánica, como si su voz se hubiese gastado por falta de uso, o como si esas fuesen las únicas palabras que podía pronunciar. Después se inclinó hacia Leilani en una simple pero elegante reverencia.
   -Necesito que prepares más ungüento curativo. –Ordenó Leilani tomando el tarro y mostrándoselo. –Como este. –Aclaró.- Ah, Sáfir está en el claro del bosque. Cuando hayas terminado aplícaselo en la zona herida, por favor.
   -Como desee. –Murmuró Batna. Se volvió a inclinar, cogió el bote y salió de la cabaña. Pareció reparar en Danshi, pero no dijo nada. Una vez hubo salido, el muchacho pudo atacar a Leilani con todo su arsenal de preguntas.
   -¿Esa era otra Guardiana?  -la joven rio ante esa cuestión.
   -No, no. Es…es un demonio. –Leilani pareció satisfecha ante la cara de asombro del chico.- Los otros Guardianes y ella firmamos un contrato según el cual ella es nuestra sirvienta. Si la necesitamos para cualquier cosa, solo tenemos que llamarla. –Añadió señalando el espejo.- Es un materializador. Puedes contactar y llamar a otras personas que tengan uno igual. Útil, ¿no crees? –Danshi no respondió.
   -Dices que sellasteis un contrato. Entonces, ¿qué obtiene ella cambio de serviros? –La expresión de Leilani se ensombreció.
   -Nuestra piedad. Vivir. –Danshi enarcó una ceja. – Cometió crímenes en el pasado. Y basta de preguntas. –Sentenció caminando hacia el armarito de la esquina y extrayendo un trozo de papel enrollado. Lo desplegó despacio dejando ver que era un mapa. Se lo mostró Danshi. –Estamos aquí. –Comentó señalando la parte inferior del mapa. Todas las cuatro zonas estaban marcadas. Zona del viento (que era donde se encontraban), zona de la tierra, zona del agua, zona del fuego. Entre ellas, había una porción de territorio en el que se leía “Zona sin nombre”. A Danshi le recorrió un escalofrío, pero no preguntó qué significaba. También había lagos, cuevas y mares salpicados de pequeñas islas. –Debes pasar por todas las zonas, con cada respectivo Guardián como tu guía, hasta llegar… –Desplazó el dedo a la parte superior del mapa, donde se podía ver lo que parecía un castillo antiguo en el que se leía “Templo sagrado”- aquí. –En ese momento a Danshi  le pudo la ira. ¡¿Tenía que pasar por todo eso para llegar hasta una maldita persona?! Estaba a cientos de kilómetros, y supo que tardaría mucho en poder abrazar a Lenna de nuevo. Su única razón de vida era protegerla, y ahora ni siquiera podía hacer eso.
   Se disponía a salir de aquella cabaña dando un portazo, a echar a correr hacia ninguna parte para ahogar su enfado, pero tampoco pudo hacer eso, porque en ese momento un lobo enorme con ojos rojos y afiladas pezuñas ensangrentadas entró derribando la puerta de la cabaña…

   Seguido por otros tres como él.


Este ha sido un poco más largo de lo habitual, además, ¿soy yo o esto necesita mucha más acción? Sed sinceros ;P
Sea como sea, espero que os gustase ^^ Muchos besos!!

domingo, 18 de agosto de 2013

Capítulo 4

¡Hola otra vez! Perdonad la tardanza de este capítulo, la verdad es que no pude tenerlo antes. Estuve enferma estos últimos días :S xD 
Pero bueno, no interrumpo más :D:


Capítulo 4


-Extraña-

   Danshi se sintió como si le acabasen de propinar un puñetazo. Tras la horrible revelación que le acababa de brindar la misteriosa joven de cabellos color otoño, solo pudo pensar que…
   -Es…una pesadilla. –El muchacho no hallaba otra explicación.- En cualquier momento me despertaré. En mi casa. Con mi hermana. –Murmuraba para sí mientras se miraba las manos. Levantó la cabeza y observó a la chica extrañado, como si se acabase de percatar de su presencia. –Y tú no estarás. -Danshi sonrió aliviado ante la nueva perspectiva de que todo era un sueño. Estaba incorporado en la cama de la pequeña cabaña. Se tumbó y cerró los ojos, esperando ver el sucio techo de su cuarto al despertar.
   Pero cuando sus párpados se separaron mostrando sus ojos verdes, solo vio a la joven mirándole exasperada.  Se revolvió para sentarse en la cama y contempló a la muchacha desafiante, como si ella fuese un obstáculo que tenía que batir.
   -Es real, no te engañes. –Le dijo ella, aunque comprendía perfectamente que la situación no debía de ser muy fácil de creer para el muchacho.
   -No. –Danshi empezó a negar rápidamente con la cabeza- Nada de lo que paso ayer fue real. ¡¿En otra dimensión?! ¡No es posible! –Ahora gritaba, y parecía al borde de la cordura. La joven levantó la mano y, un segundo después, la dejó caer azotando la mejilla de Danshi en un fuerte bofetón. Este la miró directamente a los ojos.
Entonces la muchacha se asustó. No pudo explicarlo, pero cuando miró los ojos del chico no vio reproche. Ni odio. Lo perturbador es que no pudo ver ninguna emoción en ese mar esmeralda. Ella, que siempre había sido lo suficientemente audaz para averiguar sentimientos ajenos con solo una mirada…no veía nada. Eran como una barrera impenetrable.
   -Es la realidad. ¿Lo crees ahora? –Trató de ocultar un leve temblor en su voz. Danshi no dejó de mirarla y se levantó. Ya había mostrado suficientes emociones a una completa desconocida. Era hora de serenarse.
   -Atravesé un…Portal, ¿no? –Danshi se sentía ciertamente ridículo diciendo eso.
   -Correcto. –Afirmó la chica. Danshi tosió.
   -Y…con lo de otra dimensión te refieres a… ¿otro planeta? –Se sintió todavía más ridículo al formular esa pregunta.
   -No. Todos los planetas de vuestro sistema solar, vuestra galaxia, vuestro universo entero… -respondía ella. –Son completamente ajenos a este lugar. Esto es otro universo, por así llamarlo. –Danshi sintió una sensación de mareo. ¿Debía creerlo? Después de lo sucedido la noche anterior con el Portal, ¿era lo más lógico?
Lo era. Pero había algo que le preocupaba más, algo que le oprimía el pecho y que no pudo evitar expresar en voz alta.
   -¿Cuán lejos estoy en realidad de mi hermana? –La muchacha pareció pensárselo antes de responder.
   -Infinitamente lejos. Pero podrías regresar mediante otro Portal. –Añadió al ver la expresión desesperanzada del chico.
   -Perfecto. Pues llévame hasta el Portal. –Exigió Danshi. “Y así podré volver y fingir que nada de esto ha sucedido.” Pensó.
   -No es tan sencillo. –La joven se acercó a un perchero y cogió un largo abrigo de piel marrón. Comenzó a introducirlo por un brazo. –Los Portales requieren mucho poder para ser abiertos. Y yo no poseo ese poder. –Matizó antes de que Danshi pudiera hacer otra pregunta.
   -¿Y quién puede abrir el maldito Portal? –Preguntó molesto, con los ojos cerrados y los dedos sobre el puente de la nariz en una expresión de cansancio. La chica se abrochaba el abrigo cuidadosamente y sin prisa.
   -La persona más poderosa de esta dimensión. Puedo llevarte hasta ella. –Dijo echándose el pelo hacia atrás. –De hecho, no puedo permitir que te vayas por tu cuenta.
   -¿Qué? –Danshi sintió que se atragantaba al oír lo último. -¿Por qué no? Puedo hacerlo solo, y  ni siquiera confío en ti. –Soltó y le lanzó una mirada hostil.
   -Me da igual. –Respondió. –Eres un intruso en esta dimensión, has llegado aquí a través de un Portal que no debía de estar donde estaba. –Le devolvió la mirada hostil.- Tampoco me fio de ti. Además,  mi deber como Guardiana es escoltarte hasta el límite de mis dominios. A partir de ahí, supongo que te guiarán los otros Guardianes.
   -¿Guardiana? ¿Qué es eso? –Preguntó Danshi, que de nuevo volvía a sentir la sensación de mareo.
   -Los Guardianes defendemos esta dimensión de intrusos como tú. Cada uno defiende su zona. Aunque tú eres un caso raro. Normalmente los intrusos que vienen lo hacen para destruir, por codicia de las maravillas que tenemos en esta dimensión…y tú –le señaló- aparentemente llegaste sin quererlo.
   -¡Es que no quería! ¡El Portal me trajo! –Exclamó el chico exasperado.
   -Por eso mismo…te llevaremos hasta la persona más poderosa de la dimensión para resolver el misterio del Portal que apareció sin motivos y para que te lleve de vuelta a tu dimensión. –Danshi sentía un sabor amargo en la boca. Una cosa. Solo amaba una cosa, y se la tenían que arrebatar de un modo tan brutal e imposible.
   No. Aún no le habían quitado a Lenna. Aún podía volver a su dimensión.
   -Bien. Estoy de acuerdo en que me guieis hasta llegar a esa persona. –Accedió. La chica lo miró de reojo.
   -Mejor para ti. –Susurró, dando a entender que aunque Danshi no lo quisiera, le llevarían de todos modos. Abrió la puerta de la cabaña e hizo un gesto al chico para que la siguiese.
Una vez fuera, a Danshi casi le dieron náuseas al recordar lo mal que lo había pasado en ese bosque hacía tan solo un día. Anduvieron en silencio esquivando árboles y hierbajos hasta llegar a un pequeño claro. Se notaba que realmente la muchacha conocía bien el bosque.
-Por cierto. –Dijo ella girándose hacia el chico.- Me llamo Leilani. –Danshi se sorprendió por lo repentino que resultó que le dijera su nombre tras un trayecto de silencio sepulcral.
   -Yo soy Danshi.  
   -Me presento –aclaró- porque creo que este viaje no será precisamente corto. –A Danshi se le cayó el alma a los pies. ¿Cuánto tiempo tendría que pasar antes de que volviese a ver a Lenna? Deseó estampar su puño contra un árbol, correr y correr, llorar…cualquier cosa para reprimir su frustración. Pero no hizo nada.
   -Dan. –Dijo de repente la joven.
   -¿Qué? –Se sorprendió Danshi. La chica lo miro y el chico pudo percibir una chispa traviesa en su mirada.
   -Dan. Suena mejor que Danshi. –Éste la miró incrédulo. Ella lanzó una risita. Era extraña, –pensaba Danshi- una imposible mezcla entre firme seriedad e infantil diversión. Leilani. Danshi pensó que, aunque lograra volver a su dimensión, nunca se podría olvidar de ella. Hay cosas que simplemente perduran en tu mente. -¿No te parece?- Su voz arrancó a Danshi de sus pensamientos. La volvió a mirar enarcando las cejas y se encogió de hombros.
   -Nunca me gustó mi nombre. –Confesó con indiferencia. Leilani rio de nuevo.
   -Oye. –Leilani recobró su expresión seria. –Pareces bastante impresionable, así que yo de ti me apoyaría en un árbol o algo. –Advirtió.
   -¿Qué…? –Se preguntó Danshi sin comprender. Pero la joven ya estaba llevándose los dedos a la boca emitiendo un sonoro silbido.
   Tras un breve tiempo, apareció una criatura alada enorme con escamas doradas que recubrían todo su cuerpo. Danshi lo reconoció por los libros de fantasía que le leía a su hermana.

   Un dragón.


Espero que lo disfrutaseis y que no se os hiciera muy rollo :P en este no puse imagen (no encontraba ninguna que pudiese pegar con el contenido del capítulo xD) y espero que eso no lo haga más denso.
¡Un beso muy grande!! ^^ :333

domingo, 4 de agosto de 2013

Capítulo 3

¡Hola! aquí estoy con un nuevo capítulo. A propósito, estaba pensando en no publicar simplemente capítulos, sino en hablar también de otras cosas: películas, sucesos, libros...
Cosas del mundo, vamos ;3 Espero que os parezca bien :))
En fin, disfrutad el capítulo:


Capítulo 3



-Incredulidad-

  Lenna se despertó. Hacía frío, y llevaba a ropa del día anterior. Estaba en el pequeño jardín trasero de su casa. ¿Cómo? ¿Había dormido ahí? De pronto, como una ola, los recuerdos del día anterior golpearon su mente violentamente. Se quedó paralizada, indiferente al frío, indiferente a todo excepto a ese recuerdo. Un escalofrío le recorrió la espalda. Pronto, era presa del pánico.
No era posible. Miró a su alrededor, y todo estaba en calma absoluta. Lenna reaccionó y echó a correr por toda la casa.
   -¡Danshi! ¡DANSHI! –Chillaba, pero no obtenía respuesta alguna. Un vecino la miro despectivamente por la ventana, pero no le importó. -¡¿Estás ahí, Danshi?!- De nuevo, el silencio terrorífico fue su única respuesta. En el fondo, Lenna sabía que Danshi no contestaría, pero no quería aceptar que…Danshi estaba…
   Otro escalofrío corrió por su espalda y se dejó caer al duro suelo de la entrada, llorando. Estaba aterrorizada. Tenía miedo. No podía hacer nada. Esta situación se le escapaba de las manos. La angustia la comía viva poco a poco.
   Entonces oyó sonido de llaves y la puerta se abrió ante ella. Una mujer baja con pelo cubierto de canas y cara demacrada estaba ante ella. Bajo los ojos poseía dos medias lunas provocadas por la falta de sueño.
   -¿Ma…mamá? –Lenna alzó la húmeda cara para verla. Estaba sorprendida, pues no veía a la mujer desde hacía, por lo menos, un mes.
   -¡Santo Dios! ¿Qué haces ahí tirada? ¡Deberías estar en el colegio! –exclamó la mujer arrodillándose y acariciándole los suaves cabellos.- ¿Y Danshi? –Lenna rompió a llorar de nuevo. La madre se mostró preocupada.
   -Si te lo digo…no me creerás, mamá. –Susurró Lenna entre sollozos.
   -Díme sólo la verdad, hija. –Dijo la mujer en tono firme y serio- ¿Qué ha sucedido?- Lenna se incorporó. Tenía las mejillas rojas y húmedas. Se dispuso a comenzar su relato.
   -Anoche Danshi quería que me fuese a la cama. Estaba más distante de lo normal, incluso conmigo. –La madre torció la boca en una mueca de tristeza- La verdad es que yo tampoco tuviera un buen  día. –Lenna estuvo dudando si contarle lo que le sucediera en el colegio con las otras niñas, pero decidió centrarse en el relato.- Pero era temprano, y hacía una noche maravillosa. Se podían ver todas las estrellas, era precioso.
   Precioso, y muy extraño en invierno. Así que le pedí a Danshi si podíamos ir al jardín trasero a mirar el cielo. –Paró para tomar aire.- Me dijo que no, pero insistí. Al final se enfadó y se encerró en su cuarto con la música a todo volumen. Creo que ni siquiera pensaba lo que hacía, estaba de muy mal humor…
   Lo cierto es que yo también me enfadé con él por ponerse así, así que salí al jardín sin permiso. Estuve allí un rato, aunque no disfruté. Pero después llegó él muy preocupado, y ya no parecía estar enfadado. Creo que quería disculparse conmigo. Me agarró por la camiseta y me preguntó qué hacía fuera. Por un momento pensé que me iba a gritar otra vez. –Lenna sonrió.- Pero me dio un fuerte abrazo. Yo se lo devolví. –Se enjugó una nueva lágrima que brotaba tímida.- Y de repente, sin más, sucedió.
   Lenna se volvió a echar a llorar y se cubrió el rostro con las manos. No podía contarle lo que había pasado a su madre. Pensaría que estaba loca. La mujer tomó el rostro de la niña y la miró, preocupada y curiosa al mismo tiempo.
   -Cielo, ¿qué sucedió? –Preguntó remarcando el “qué”. Lenna miraba más allá de su madre, como abstraída en un profundo trance. Aún le rodaban las lágrimas por las mejillas.
   -Era enorme. –Describía la niña gesticulando con los brazos.- Realmente enorme. Era…-intentaba buscar las palabras para describirlo-…como un tornado multicolor. –Lenna estornudó.- La había cogido el frío fuera. La madre la miraba incrédula. –Apareció así ante nosotros. Yo lo vi primero y grité. Tiró de mí, pero Danshi me empujó lejos.
   Y se lo comió a él. La cosa se tragó a Danshi. –Volvió a llorar desconsoladamente.- ¡Se lo tragó! –Aún le costaba creérselo, ¿cómo esperaba que se lo creyese su madre? La mujer soltó el rostro de Lenna y la miró… ¿enfadada?
   -Puro teatro. –Escupió mirando a su hija como si fuese un bicho.- Me habías preocupado de verdad, pequeña mentirosa. Estaba muy preocupada.- Repitió-  Pensé que sería algo grave…y verídico.
   -¡ES CIERTO! –Gritó Lenna indignada, aunque no sabía para que se molestaba. Ya sabía que no la iba a creer, pero aun así, que su propia madre la acusase de mentirosa mientras estaba llorando desconsolada, dolía.
   -¿Qué pretendías? ¿Llamar la atención con esa descabellada historia? –Continuó como si la niña no hubiese hablado. Solo obtuvo gemidos incomprensibles como respuesta. –Escucha, ni se te ocurra volver a preocuparme así. –Se dio la vuelta y se dirigió a la cocina farfullando que Danshi debía de haber salido y que ya regresaría.
   Sólo entonces Lenna se dio cuenta de la terrible realidad.
   Estaba sola. Completamente sola. A Danshi se lo había llevado el gran tornado multicolor, y nadie le creería. Su angustia no hacía más que crecer. Se levantó dificultosamente y salió al jardín donde había sucedido todo hacía apenas unas horas. Parecía como si hubiese pasado hace ya años. Se acurrucó y esperó. Esperó, porque quizá el tornado volviese. Quizá se la comería y punto. ¿No era lo mejor? De hecho, era lo único.
   Una hora después, muerta de frío, rompió a llorar de nuevo.




   -…después de que el tornado me engullese, caí en este bosque. Debí de caer encima de una roca y quedé inconsciente.- Danshi terminó finalmente su relato, aún pálido y sin creerse lo que le estaba contando a una joven que acababa de conocer. Ella había atendido pacientemente y en ningún momento hizo una seña de incredulidad hacia Danshi. No mostraba incredulidad, no, pero si mostraba sorpresa.
   -Ya veo. –Únicamente dijo eso con respecto a lo que el chico le terminara de contar. -¿Te sientes mejor?
   -…sí. –Un fuerte rubor azotó las mejillas de Danshi, y este ni siquiera supo por qué. Era una estupidez.
   -Al menos, parece que recuperas el color. –La joven sonrió, y Danshi, a pesar de su carácter frío y distante, no pudo evitar pensar que era realmente hermosa. En seguida tachó ese pensamiento como inservible. Tenía que saber qué sucedía y cómo volver junto a su hermana.
   -¿Qué era ese tornado, y dónde estoy? –Exigió saber el muchacho. Ella le miró de soslayo.
   -Yo te lo explico. –Dijo sin más.- Ese tornado era un Portal, que, por cierto, no sé por qué apareció ahí. –Danshi abrió mucho los ojos sin poder creer ni una palabra. Sin embargo, sintió que lo peor y lo más difícil de creer iba a caer en unos segundos, como una sentencia final.- Y ahora estás en otra dimensión.



Ojalá me haya quedado bien ^^ Por cierto, estos días me voy de viaje. me voy a londres con mi hermana :3 salgo mañana. El caso es que no me será posible tener el próximo capítulo el fin de semana que viene :( lo siento. 
Pero, como siempre, trataré de tenerlo lo antes posible >.< e intentaré responder a comentarios mediante el móvil ;)
Un beso enorme y no os olvidéis de comentar!!
Sayonara!! ^^

sábado, 27 de julio de 2013

Capítulo 2

¡Hola!! ^^ Traigo el próximo capítulo, que espero que os haga pasar un ratito entretenido y que os guste mucho >.< es lo mínimo que puedo hacer después de que me apoyéis con vuestros comentarios :3
Finalmente he conseguido cambiar el soso diseño del blog :P espero que os guste más así ;)
Bueno, el capítulo:


Capítulo 2


-Recuerdo-

   A los ojos de Danshi les costaba abrirse esa mañana. Poco a poco, el chico obligó a sus pesados párpados a separarse. Esto no le sirvió de mucho, ya que apenas podía ver nada más que manchas borrosas.
   Se frotó los ojos con las manos aclarando así su visión. Enseguida se desconcertó al no ver el techo gris de su cuarto, sino las formas esponjosas de las nubes en el cielo.
   Torpemente, debido a lo pesadas que sentía sus articulaciones, se incorporó para observar su situación. Se encontraba en lo que parecía un bosque. Estaba sentado en el barro. Se levantó…
   Enseguida se volvió a caer. ¿Por qué estaba tan falto de energías? ¿Y por qué estaba en un bosque?
   Trató de aclarar la mente, a pesar de que sentía un dolor agudo de cabeza. No sabía cómo había llegado allí y no recordaba nada del día anterior.
   Seguramente estaba en el Bosque Sigh, ya que era el más cercano de su casa. Danshi comenzó a barajar opciones acerca de lo que podría haber pasado. Tal vez salió a pasear aquella noche. Lo hacía a veces, cuando su hermana dormía. Cuando se quedaba solo, o sin nadie con quien hablar, en ocasiones tenía la urgente necesidad de hacer algo para no pensar. Para no pensar en nada, porque no tenía nada positivo en que pensar. Tal vez tropezó y se cayó. Danshi pensaba en esto, y a pesar de que era lo más lógico que se le ocurría, una parte de él le decía que no había sido así.


   
   De repente, recordó que era jueves. No solía dar paseos si había clases a la mañana siguiente.  Danshi lanzó un suspiro cansino. Así se sentía, cansado.
   “Pero es que siempre estás cansado”, le recriminó una vocecilla en su interior. El chico la calló con otro suspiro. Nada encajaba en esta extraña situación, pero no importaba. Realmente nunca encajó nada en la vida de Danshi. Simplemente tenía que salir del bosque y volver a su casa.    ¿Qué más daba como llegó allí? Echó a andar hacia la salida del bosque…
Y se dio cuenta de que no había salida alguna. El lugar donde debería estar la salida estaba ocupado por un árbol. Danshi lo miró sin saber qué hacer. ¡No estaba en el bosque Sigh!
    Era como si ese árbol se burlara de él.
   “¿Qué vas a hacer ahora, Danshi?” Parecía decirle. Danshi corrió y corrió buscando algo que se pareciera a una salida en aquel enorme bosque que parecía no terminar nunca. Solo veía árboles.    Delante, detrás, y a los lados. Nada más. Finalmente volvió a terminar en aquel mismo árbol donde debería de estar la salida. Horrorizado, Danshi se derrumbó en el suelo. Estaba exhausto. Todo debía de ser un sueño, no encontraba otra explicación. Una pesadilla en la que no sabía volver a casa con su hermana. Se llevó los dedos a las sienes y notó una punzada de dolor. Demasiado real como para ser un sueño.
   Se miró las manos. Sangre. Se palpó la cabeza y notó una hendidura a lo largo de la frente. De nuevo se volvió a mirar las manos y esta vez no se sorprendió al ver más sangre. ¿Cómo no se había dado cuenta antes?
   Era la primera vez en mucho tiempo que el muchacho se comenzaba a preocupar por sí mismo. Le dolía la cabeza cada vez más, no tenía ni idea de dónde estaba, de lo que había sucedido o de como volver. Comenzó a verlo todo borroso.
   ¿Acaso se iba a morir? ¿Era eso? No podía levantarse ya, y no quería. Era como si la tierra le llamara para que se uniesen. Y aunque tuviese fuerzas para ponerse en pie…¿Qué iba a hacer? Danshi habría sido feliz muriéndose allí, sin más. Pero algo impedía esa felicidad. Solo le preocupaba una cosa. Su hermana.
   -Lo…lo siento, Lenna. –Murmuró antes de que sus párpados se cerrasen en un dulce y eterno sueño. Su dolor cesó. Los acogedores brazos de una madre que nunca lo acunó le mecieron, sumiéndole en aquel fantástico mundo. Era feliz allí, al saber que no estaba en un mundo donde cada día era un tornado de odio e indiferencia. Estaba muriendo, y estaba bien. Simplemente bien.
   Danshi no podría asegurarlo, pero veía fragmentos de una vida pasada cruzar ante sus ojos. Entonces eran ciertas todas esas tonterías de que cuando mueres ves toda tu vida pasar a tu alrededor. Quién lo diría.
   Sin quererlo, Danshi volvía a revivir sentimientos enterrados de aquella noche. Su padre ebrio. Gritos de su padre a su madre. Gritos de su padre a un niño. Un doloroso puñetazo de su padre en el rostro del niño. Sangre en el rostro del niño. Una patada de su padre a su madre en la cadera, que la tiró a ella y a la criatura que habitaba en su vientre. Risas alocadas. Insultos. Un portazo. La madre acurrucada en posición fetal, llorando. El niño acurrucado en una esquina, llorando.
   A Danshi le pesaba el corazón. Le dolía. Verlo de nuevo…en tercera persona…
   -¡Qué se acabe de una puta vez! ¡¡Qué se acabe!! –Danshi gritaba. No quería volver a ver eso. Aunque no le dolía el cuerpo, su corazón estaba herido todavía. Entonces se cruzó una imagen de un bebé con ojos verdes y escasos cabellos rubio platino. Lenna.
   No podía dejarla. No podía morir.
Danshi recorrió el camino de vuelta, teniendo que volver a ver aquellas imágenes. Lenna…era su deber protegerla. El dolor punzante en su frente revivió, junto con la sensación de que su cuerpo era increíblemente pesado.
   Había estado a punto de morir, y lo había evitado.
   De nuevo le costó abrir los ojos, pero cuando lo hizo, su sorpresa fue mayúscula al verse en una cabaña. Era pequeña y bastante rudimentaria. Solo había una pequeña cocina y un estante lleno de frascos.  Él estaba tumbado sobre una estrecha cama. Se tocó la frente y noto algo pegajoso por debajo de una venda. ¿Ungüento?
   Alguien lo había recogido y tratado. Oyó la puerta abrirse y enseguida se tumbó y cerró los ojos. Oyó pasos ligeros que se acercaban. Aunque no podía ver, sentía que alguien lo estaba examinando. Notaba su aliento.
   -Sé que estás despierto. –Oyó una voz femenina que no le sonaba en absoluto. De todos modos, Danshi estaba demasiado harto como para seguir jugando a aquello de hacerse en inconsciente. ¿Qué más daba? Abrió los ojos y se incorporó para observarla.
   Era una chica joven, de cabellos muy largos del color de las hojas en otoño. Casi rojos. Los ojos, grandes y brillantes, eran de ese mismo color. Su tez era tan blanca que parecía una muñeca de porcelana. Llevaba una larga túnica que le cubría todo el cuerpo. Parecía dulce, así que Danshi se sintió sorprendido al escuchar su firme tono de voz cuando le preguntó:
   -¿Cómo has llegado aquí? –Danshi la miró serio, aunque por dentro pensaba en que ojalá supiese cómo había llegado. Hizo memoria y, esta vez, no pudo disimular su expresión de asombro. Recordaba lo que había sucedido el día anterior…
    Y palideció al recordarlo.





Siempre me  esfuerzo al máximo para escribir lo mejor posible, así que cualquier defecto o cualquier cosa que os gustase, os agradecería que me lo dijeseis ;))
¡Sayonara! ^^

miércoles, 17 de julio de 2013

Capítulo 1





¡Hola! Traigo el primer capítulo. ¿Es muy pronto? >.< Bueno, sea como sea, espero de todo corazón que lo disfrutéis. ^^

  Capítulo 1


-Vida-


   El muchacho se levantó aquel día muy temprano, incluso más de lo normal, lo que era raro teniendo en cuenta su costumbre de levantarse a las seis de la mañana. Mientras se dirigía a la pequeña cocina para desayunar en la deliciosa tranquilidad del silencio que impregnaba la casa, no pudo evitar echar una ojeada al cuarto de su hermana pequeña. Muy despacio y cuidadosamente giro el pomo y abrió la puerta. Solo a medias, pues no quería despertarla.
Dormía como un ángel. Sus cabellos rubios, lisos y suaves como la seda se extendían sobre la almohada. Tenía la boca abierta, y un fino hilo de baba le corría por la comisura de los labios hasta llegar al colchón. Estaba medio destapada, probablemente porque se habría movido dormida.
   El chico se acercó silenciosamente. Siempre se había preguntado por qué nunca hacía ruido alguno al andar. Incluso aunque corriera,  apenas se percibía el sonido de sus pisadas.
   Eso le venía muy bien por las mañanas, claro. Cogió con los dedos  el edredón y se lo echó por encima a la niña, que no se inmutaba. Después le besó la frente. Sus labios casi no la tocaron, solo la rozaron. Siempre lo hacía, como si fuese un ritual sagrado.
   Después de besarla sonrió de medio lado. Era contradictorio, pensó. Contradictorio que él, que no creía en divinidades o milagros; él, cuyo estado base era la indiferencia ante todo, tuviese la inexplicable necesidad de ver a su hermana por las mañanas. Como si ese beso que le daba la pudiese proteger de la vida.
   Tras preparar su desayuno y el de su hermana se sentó en una silla a esperarla. Se pasó una mano por sus cabellos oscuros color azabache y entrelazó los dedos colocando así sus manos tapando su boca y apoyando los codos en el borde de la mesa. En su cara se reflejaba su expresión seria, que lucía todos los días sin excepción.
   -Buenos días, Danshi. –La niña de cabellos dorados que caían sedosos  sobre su espalda entró.    También lucía una expresión seria, aunque menor que la del muchacho. -¿Mamá trabaja hoy también?
   -Claro. –Respondió Danshi como si la respuesta fuese obvia. Lo era. Su madre siempre trabajaba. Al ver la expresión triste de su hermana, forzó una sonrisa. –Eh, que no se te enfríe el desayuno, enana. –En ocasiones la llamaba de ese modo para fastidiarla y animar así situaciones tensas o tristes. Ella sonrió. Realmente, pensó Danshi, la llamaba así para tratar de acercarla a una situación normal. Los hermanos se pican normalmente, por lo que él lo hacía aunque no lo desease, para hacerla sentir bien. Para hacerle sentir que no son diferentes.
   Tal vez era un gran engaño, pero al chico no le importaba lo que tuviese que hacer para que su hermana no se sintiese mal. Mataría por ella, porque realmente…era lo único que amaba. 
   Simplemente parecía como si fuese lo único. Como si todo lo demás lo viese difuso, y a ella la viese nítida. Protegerla y quererla era su razón de existir. Había tratado de amar a su madre, pero siempre estaba fuera de casa. Y… ¿cómo puedes amar a alguien a quién no puedes ver, abrazar, oír, casi nunca?  ¿A alguien a quien apenas conoces? Su madre trabajaba día y noche para pagar una deuda pendiente y, al mismo tiempo, para mantenerlos a ellos. Danshi la apreciaba, pero nunca podría llegar a amarla.
   Y, su padre…a él sí lo odiaba. Era el culpable de que ellos no fuesen normales.
   Ese maldito hombre se había casado con su madre para después llevarse un dinero ajeno y, con las mismas, largarse muy lejos. Dejó a un niño de seis años y a una madre embarazada. Una madre que tendría que mantenerlos sola y devolver un préstamo que tuvo que pedir al banco.
   Ese hombre…Si Danshi lo tuviese delante sin duda lo mataría. Su odio acumulado contra él crecía a medida que los días pasaban. Y no podía hacer nada con respecto a ese odio.
   Así que…su hermana, Lenna, era su único motivo para despertar por las mañanas.  No le importaba qué tuviera que hacer para protegerla de la cruel vida.
   Lenna se levantó tras terminar su desayuno, y cuando ambos se hubieron preparado, Danshi la acompañó hasta el colegio, donde la despidió con un abrazo.
   De nuevo, odió su situación. Llevarla a la escuela, abrazarla…eso debería ser tarea de un padre o de una madre. 
   A él ya no le importaba nada que le ocurriese. Había aprendido a vivir, a sufrir, a caer, a levantarse y, por consecuencia, a cojear. Pero no podía soportar que la única cosa que amaría nunca tuviese que vivir en sus mismas condiciones.
   ¿Por qué el mundo es tan injusto? ¿Por qué está tan repleto de imbéciles y cretinos? Vio a Lenna correr a pasos cortos hacia un grupo de niñas. Estas la miraron con un aire despectivo al ver su uniforme que estaba sucio por falta de tiempo para lavarlo. Una de las niñas se rio y otra la apartó de un empujón del grupo. Lenna se alejó andando cabizbaja pateando una pequeña piedra del suelo y se sentó sola en un banco.
   Danshi sintió unas ganas inmensas de ir a gritarles a esas estúpidas niñatas. Incluso de hacerles daño. De ir junto a Lenna y abrazarla, protegerla de todo peligro y dolor. Una furia que le recorría todo el cuerpo produciéndole dolorosas punzadas en el pecho. A la altura del corazón.
   Tras un muy gran esfuerzo, se contuvo. Sin embargo, no pudo evitar que una lágrima rodase por su mejilla hasta sentir su salado sabor en su boca. Se la enjugó volviendo a su clásica expresión seria y rígida.
   “¿Cambiará nuestra situación…algún día?”
   Sí, lo haría, y más rápido, y de una forma mucho más devastadora de lo que Danshi podría pensar.

Bueno, de verdad que espero que os haya gustado a pesar de ser algo triste. >.< El próximo tendrá más aventuras y una continuación inesperada. Como siempre, os pido que comentéis, ya sea vuestra opinión negativa o positiva ;) Me ayudaréis de todos modos.
¿Ha sido muy largo? Eso me preocupa especialmente, no querría pasarme :S
Eso es todo, un beso enorme ^^

sábado, 13 de julio de 2013

Prólogo

¡Hola! :3 Bueno, a pesar de que no recibí ningún comentario sobre si hacer historia o no, me he animado ^^ así que aquí está el prólogo. Cambio de letra para que no se haga muy pesado leer siempre la misma xD Bueno, ¡Disfrutadlo mucho! :)

Prólogo


 - Posibilidad-


   A todo el mundo le suceden cosas malas. Claro, es lo natural. Cuando le sucede a otra persona, te limitas a compadecerla, para que luego ella te compadezca a ti cuando algo terrible te ocurra. Ese es el ciclo. O, al menos, debería de serlo, porque el desequilibrio da lugar al desastre. Después de algo malo, debería suceder algo bueno, ¿no es así?  Sería lo lógico. Pero el mundo no funciona de ese modo.
   En su lugar, parece que algunas personas sufren lo que se podría designar como injusticia divina. Rachas de malos acontecimientos incesables que acaban con su ser y pudren su alma. Y otras personas gozan de lo que se llamaría el favoritismo divino. Continuos sucesos agradables y uno ligeramente malo. Si el ciclo anterior se cumpliese, el mundo sería un lugar plenamente justo.
   Pero no es así. Existen dos grupos, los favoritos y los desdichados…No hay que irse a lugares muy lejanos o a situaciones extremas para encontrarse con el segundo grupo. No hay que llegar hasta África, donde la gente muere de hambre a cada segundo, para darse cuenta de lo desequilibradas que son las situaciones de vida. La desgracia podría hallarse en el típico niño marginado del que todos se burlan o la chica rara que nunca sale con sus padres.
Y justo al lado podrías estar tú, sentado frente al televisor en compañía de tu familia disfrutando de una apacible tarde. Y será así el día siguiente, y el que vaya después de ese…
   ¿Pero, aunque te des cuenta de esto, qué puedes hacer? Nada. No existe el ciclo, y aparentemente nadie puede hacer que exista. Es un mero ideal. No se puede tomar la decisión de cambiar el mundo y, simplemente, hacerlo. A pesar de que la impotencia te controle, lo único que puedes hacer son pequeñas acciones, porque solo eres una persona. Solo puedes suplicar para que, algún día, las cosas cambien. Para que el ciclo se aplique.
   Puede que el proceso sea lento. Quizá las cosas ya estén cambiando a un ritmo imperceptible. Tal vez no vivamos para verlo.
   ¿Pero…y si, remitiéndonos a lo anteriormente dicho, se pudiese acelerar el proceso de una forma inmensa?
   Existe una posibilidad, pero, ¿cuál es la clave?


De verdad, por favor, dejadme comentarios >.< sería de gran ayuda.
 Besos ^^ ¡sayonara!